Desde hace un par de semanas están apareciendo en las playas de Guardamar, especialmente en la playa Els Vivers y Babilònia, numerosos peces muertos procedentes del río Segura, envenenados por la presencia de plaguicidas y otros productos químicos que se vierten a los azarbes de riego.
Estos peces son arrastrados a la orilla del mar por las olas, quedando sobre la arena y dando un aspecto pésimo a nuestra principal atracción turística y provocando también olores insoportables.
El tema no tendría mayor importancia que lamentar la muerte de tantos peces y el atentado ecológico que supone esto, si no fuera porque, además, ha supuesto un importante daño a nuestras playas ya que no se retiraron a tiempo y ha sido muy común encontrar peces muertos y en estado de descomposición sobre la arena, mientras los bañistas están tomando el sol o paseando.
Precisamente es en este período, de máxima afluencia de visitantes a nuestro pueblo, cuando más cuidado deben tener las autoridades municipales en mantener en perfecto estado las playas.
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